viernes, 8 de abril de 2011

LOCOS AULLANDO COMO LOBOS

En cisternas de la memoria,
tembloroso y fosforescente,
libero
rituales mecánicos y escorpiones,
rompiendo cabezas.

En mares partidos,
atravieso enigmáticos cuerpos
que esperan ser escritos.

Y en escenarios volcánicos,
visto trajes soliviantados
sobre hombros de la colina,
mientras me pregunto:
¿Qué es la realidad?
¿Y el álgebra del alma,
cómo se conjuga?

Los hombres,
locos aullando como lobos,
suspendidos
en ramas
de tibios soles extranjeros,
caen
como hojas sangrientas
de patrias traspuestas
en actos lejanos,
que, bien mirados, a veces,
causan gracia.

Me decía: adelante.
La palabra precisa, aviva el ojo,
llama al abrazo.

Viajo en espejos enamorados,
encuentro golpes
que deletrean un cortejo
de muñecas de cartón,
caleidoscopios
aleteando mis párpados azules
reflejando caminos
en mendigos de amor.

Mi cabeza inclinada,
como sauce sobre un río,
recuerda cantos de gloria
en destellos de sexo acuático,
recorriendo la ciudad.

Desde entonces,
comencé a morir:
escribo con ojos abiertos,
escucho mi voz
y abandono el coro de los muertos.

5 comentarios:

  1. "encuentro golpes
    que deletrean un cortejo
    de muñecas de cartón,
    caleidoscopios
    aleteando mis párpados azules
    reflejando caminos
    en mendigos de amor."_ ups.. brillante!

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  2. Ornella, un beso y gracias por estar

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  3. "desde entonces comencé a morir", de gritos aullando como lobos. Locos, tal vez, pero quièn puede medir la cordura en la "cisterna de la memoria"?? Un abrazo

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  4. claudia,no se miden esas cosas, claro.
    un abrazo

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