domingo, 30 de enero de 2011

VENDRÁN LUEGO OTROS HECHOS

Vendrán luego otros hechos,
en una lejana hoja
de domingo en Madrid.

Los encontraré en tus ojos,
inmensos en las sienes,
temblorosos, abiertos
sobre la tierra roja.

Bailaremos
en crepúsculos
del color de los ríos,
crecidos en otoño.

Nada conservo
de los despojos,
perdidas alas de papel,
ésas que cosía madre
a mis espaldas,
zurcidora
de vuelos imposibles.

Anduve en los caminos
sin darme cuenta
de que eran estos pies desnudos,
los que me llevaban,
y me harté de los paisajes
sin mirar si entraban por mis ojos
o los llevaba conmigo.

Después, alimenté luceros
sin reparar
en que fui un desaparecido:
ausente juntador de absurdos.

Ahora
despliego este soplo,
transformado en viento.

VENDRÁN LUEGO OTROS HECHOS

miércoles, 19 de enero de 2011

SIN COMENTARIOS

Después de reimprimir besos en líneas
y expulsar clarividencias de navíos frágiles,
olvidado entre dos mares,
las letras dejan de ser un bulto deforme,
una almohada sin cabeza.

No sé si he comprendido
la espiral de gritos mudos,
nubes atormentadas en mis pupilas,
respirando tinta extensa.

Soy un punto.

Caída desbordante
en el fondo de una vaca que sueña
con caducas formas de papel
sobre los que se apoya, tiernamente,
el armazón de mis huesos.

Instantánea mariposa de níquel,
yaces en la superficie encerada
de una página.

martes, 11 de enero de 2011

EL CIELO RASGADO

El cielo está en mí,
como una historia
que no he podido
retener
en la lengua.

Con ademán diseñado
en tardes oníricas
de madurez,
encuentro realidades,
constantes y sanguíneas,
festejos
donde la vida
se adelanta
al tiempo
que usurpa
el alma.

No me distraen
pormenores simbólicos
que convocan
años agonizantes,
y otros
que surgen
en oscuras encrucijadas.
Plazos
que disuelven
azares
infinitos
en la luz
que me acoge,
con exactitud astronómica.

En el roce de papeles prefumados,
casas esbozadas
y arena en espejos,
mis ojos reflejan
músicas orientales,
violines que suenan
a orillas del mar Muerto.

Sombras
inspiradas
en melodías
que nadie entiende
desparecen
bajo lluvia de adjetivos,
soberbios
de tiempos
que no se juzgan,
no se alcanzan.

sábado, 1 de enero de 2011

CALLES DE ESPAÑA

Entre el roce de mi piel
y la caoba silenciosa,
encuentro hojas
mirándome, atónitas,
desde un cistal,
voces interminables.

He visto
el don de nombrar
flores luminosas
en las íntimas
tierras de Castilla.

Perpetuos,
fértiles desencuentros,
en fábulas y mutaciones
de la luna, que no cicatrizan
en presencia de un poema entero,
en mitad de un pueblo,
del campo y mi barrio.

Las fronteras del sur
conviven en vocales
más veloces que consonantes,
esbeltas y ligeras,
cosmogonías cotidianas.

Orígenes perdidos
aplacan plegarias en laberintos
y el ansia
de generaciones y hermandades,
arrastra por calles de España
la buena voluntad
de dar sombra
a misterios
de muertes inalcanzables.

Enlaces numéricos
me sumergen
en crepúsculos sin épocas,
oscuros canjes.

Quiero decirte:
tal vez hubo error en la grafía
o en la articulación
del sacro nombre,
pero recuerda:
es necesaria la poesía
para que la efigie
que hace tu hombre,
aprenda a hablar.