viernes, 29 de mayo de 2009

DIOSES MENORES

Sentado en cubierta, con las piernas cruzadas en dirección a la Meca, despliego ágiles velas cantando letras desconocidas de paz, anunciando fuertes vientos en la ciudad impaciente.
Despertando en mi cuerpo, investigué en las historias de mis sueños, las residencias de dioses menores, aquellos que se aplacan fácilmente en las pequeñas batallas del amor y el trabajo, por territorios de emociones silenciosas, resplandecientes que no habían acontecido.
Un olor a incienso venía desde las ventanas, como aires de quemadas adormideras y se oía el eco de campanas, recordando horas distantes, aquí a nuestro lado. Entre breves días y noches infinitas,me pregunto: ¿Porqué tanta gente está dormida en esta callada ciudad? Tal vez no deben hacerse preguntas en las casas, porque pueden despertarse las gentes. Y, si eso sucede quizá mueran los dioses y no vuelvan a soñar.
Recuerdo bocas ensortijadas, arrastrando recelos irreductibles y las estrategias del avestruz, en pleno asfalto.
Nadie puede custionar postreras plumas y manos vengativas, cuando sobre hombres y mujeres, el sol envía sopores lejanos. La ciudad venera a dioses a quienes el tiempo no ha matado, aun.
En mis sueños, cada vez más vívidos y detallados, en la ciudad se adoraba a cualquier dios capaz de escuchar las cien esquinas de la suerte, y si no quedaba constancia, no habría sucedido.
Interrogué casos similares al mío. En sus sueños, algo se repetía: se trataba de una persona de cierto nivel intelectual, que se veía dominada por una segunda naturaleza que, le obligaba a llevar durante un período más o menos prolongado, una existencia absolutamente extraña, caracterizada al principio por una torpeza verbal y motora y más tarde, por la adquisición masiva de conocimientos científicos, históricos, artísticos y psíquicos.
Este aprendisaje se llevaba a cabo con un entusiasmo febril y denotaba una prodigiosa capacidad de asimilación. Luego el sujeto en cuestión, se trasladaba a su nueva personalidad, que en lo sucesivo se veía asaltada por sueños difusos, indeterminados en los que latían recuerdos fragmentarios.
Pude observar también, otros casos en los que se trataba, en general de personas de inteligencia superflua, algunas tan primarias que era difícil considerarlas como poseídas por las artes o las ciencias. Cuando rezaban, sólo lo hacían junto a hombres o mujeres de credos diferentes, para que ningún dios pudiera oir la plegaria de dos personas al mismo tiempo. Tan pronto como uno acababa de orar, venía otro de la misma fe y ocupaba su puesto. Durante un instante, se veían inflamados por una fuerza ajena, pero al tiempo-poco o mucho-volvían a su estado natural, quedándoles apenas algún recuerdo deformado, de supuestos horrores inhumanos.

jueves, 21 de mayo de 2009

HISTORIAS DE AGUJEROS NEGROS

Al despertar era otro, no sabía quien me habitaba.
Un sueño me arrastró fuera de los espacios conocidos, en la tierra ciudades y lujuriosas vegetaciones, lanzaban columnas de espuma al cielo vaporoso, al agujero negro de las entrañas del universo, donde congelan cadáveres de mariposas y amores distraídos.
Agujeros donde termina y a la vez comienza el cosmos, el ojo turístico de los planetas de un sistema solar en extinción.
Atravesándolos, se pasa a las dimensiones infinitas de lo desconocido imposible de abarcar, del duro oficio de navegante interestelar.
El cuerpo pìerde sus límites y allí, se encuentran almas errantes del espanto, lujuria y sirenas, muertas.
Viaje transversal al agujero negro de la luz negra donde todo brilla, semienterrado, brotado de musgos y pájaros con alas quemadas por el esfuerzo. Donde no hay horizontes,florecen las aperturas y, caminos intransitados ni suben ni bajan porque todo es vacío de montañas invadiendo sótanos, húmedas, estrechas galerías, tenebrosas bóvedas de oro, vacías en los súbitos desprendimientos de la nada.
Urbe gigante que arrastra sonidos del universo, aluviones de piedras lunares, de Marte a Júpiter, de Orión a la Vía Láctea.
Tanta aventura, tanto reino perdido en mares de azufre y anillos de Saturno, empujando ciertas languideces, arrastrando a su orbita ciertos misterios, al silencio.

jueves, 14 de mayo de 2009

HISTORIAS DE SUEÑOS

Recuerdo esfuerzos desesperados, mis contorsiones por zafarme del viento.
En el sueño, corría y trepaba unas laderas, hasta salir a un espacio bañado por la luz lunar, rodeado de naves humanas, abandonadas.
Era un tiempo en que mis investigaciones, traspasaron los descubrimientos que el mundo me había proporcionado y,lo que vislumbraba no correspondía a ningún estadío evolutivo conocido por las ciencias o quizás, eran eslabones perdidos que no habían dejado descendencia sobre el planeta o tal vez, eran formaciones que se gestaban en mundos invisibles.
Antes que en la vida diurna estudiase casos similares al mío, o viejos mitos de donde podían proceder los sueños, tenía alguna idea acerca de seres oníricos que pertenecían a una especie que había conquistado el tiempo y enviado espíritus exploradores a todas las eras del universo, y en mis ueños creía comunicarme con los exiliados en los rincones cósmicos más alejados.
Por las mañanas, despertaba extrañado y cuando la información obtenida podía caer dentro del campo del saber actual, me lanzaba a los libros para comprobar los datos.
Los hechos conocidos adquirían así, nuevos y dudosos aspectos, estremeciéndome lo incierto del pasado y los misterios que oculta el futuro. Entonces, desarrollé intensas relaciones con fantasmas universales, maestros de las ciencias y las artes, no nacidos. Sin ángeles alegóricos ni uniformadas voces en cataratas murmurando nombres inmortales de soldados, muertos.
Manejando relámpagos en catedrales de espigas en vértigos de carbón.
La vida verdadera, transcurría cuando estallaban los colores del día de la fiebre poderosa, que desbordaba los muros silenciosos al fundirse el aceite de los amarillos papeles sobre la mesa de roble.
No pude verlo sino, cuando mi voz estremecía pálidas bujías en el vasto recinto de profundas algas, sabiendo que se trata de hechos favorables en una historia que prolonga en nosotros su estirpe. Sueños, vigilia del temblor marino y palpitantes mapas de rutas desconocidas.

jueves, 7 de mayo de 2009

UN VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA

Soñe que viajaba al centro de la tierra, a los orígenes del misterio planetario y sus ciclos inmemoriales, sin ayuda de la vista ni de manos o pies. Un juego de voces reflejando distancias incalculables en el tiempo, y espíritus que se fijan en cualquier tipo de caracteres. En oscuridad, en silenciosos mundos subterraneos, en vientos sarcásticos velando miradas, de las superficies del planeta a las entrañas del globo.
Escribía sin cesar, en varios alfabetos y estudiaba crónicas de otros mundos y, las historias de seres diferentes que habían poblado el planeta en tiempos olvidados, y los registros de ciertas criaturas de poderosa inteligencia que habitarían la tierra en siglos venideros.
Atravesaba ruinas y escombros de civilizaciones perdidas, esqueletos, fósiles en descomposición, petróleos de trastienda en las arenas. Viajaba sin saber, en la pasión amontonada, en máscaras del desvelo, entre viñetas, colofones, libros como viajes, como apilados sueños traspapelados. Al centro de la tierra, al patético exodo de atroces ciudadelas, mordidas por turbios soles interiores y lunas oxidadas, hacia los metales profundos donde bailan sapos gigantes y grandes pájaros asesinos de faunas subterraneas. Huerfanos de tiempos y lagunas evadidas hacia un destino inexorable, hacia los cementerios de las historias de los hombres.
El mundo, dicen,es pequeño, pero sus túneles, grietas y caminos, son infinitos, desgarradores en su danza delirante, vital y categórico en sus cuencas de sudor. Lágrimas sobre la arena, sangre atravesando capas terrosas, modelando mares de arcilla y ron.
Tributos pagados por la sobrevida, por la permanencia en la superficie junto a los grandes peces. Y, animales que se alimentan de pequeñas bestias en tributos por mantener la alegría que supone estar vivo, sobre la tierra.