sábado, 1 de enero de 2011

CALLES DE ESPAÑA

Entre el roce de mi piel
y la caoba silenciosa,
encuentro hojas
mirándome, atónitas,
desde un cistal,
voces interminables.

He visto
el don de nombrar
flores luminosas
en las íntimas
tierras de Castilla.

Perpetuos,
fértiles desencuentros,
en fábulas y mutaciones
de la luna, que no cicatrizan
en presencia de un poema entero,
en mitad de un pueblo,
del campo y mi barrio.

Las fronteras del sur
conviven en vocales
más veloces que consonantes,
esbeltas y ligeras,
cosmogonías cotidianas.

Orígenes perdidos
aplacan plegarias en laberintos
y el ansia
de generaciones y hermandades,
arrastra por calles de España
la buena voluntad
de dar sombra
a misterios
de muertes inalcanzables.

Enlaces numéricos
me sumergen
en crepúsculos sin épocas,
oscuros canjes.

Quiero decirte:
tal vez hubo error en la grafía
o en la articulación
del sacro nombre,
pero recuerda:
es necesaria la poesía
para que la efigie
que hace tu hombre,
aprenda a hablar.

2 comentarios:

  1. las cosmogonías cotidianas, encontrarán un día los orígenes y tal vez se corrijan todos los errores. La poesía convoca a esa corrección. Besos Jaime

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  2. claudia, los errores también son una guía en el camino.
    besos, amiga

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