sábado, 20 de noviembre de 2010

QUEDA EL HORIZONTE

Queda el horizonte
de las almas, desplegando intactas,
alas y raíces.

Eso escucho. ¿Y tú?
¿En qué piensas ahora?
Después de nuestro desencuentro,
puedo decirte:
Si no la rescatas de recuerdos,
mi anatomía se escurre
articulando una lengua
ininteligible y cotidiana.

¿Me esperabas?

Quiero para tí
una canción de amor,
sin vientres abandonados
atravesando
la carne,
tu destierro.

En tanto, tu corazón
despierta voluptuoso,
impreciso aun,
como isla de pasión
en tu cintura.

sábado, 13 de noviembre de 2010

SENSACIONES

Cerca de grandes bosques,
mi cuerpo medio maduro,
renace
a la sombra de mis gestos.

Estuporess de belleza
en sensaciones,
pregones de lo nuevo
en brazos de saltimbanquis.

Pensarlo,
me enternece
y cuando llaman a la puerta,
despierto en relojes
y sosiegos,
como si nada más
ocurriese,
entre el cielo y la máquina.

Desde la mesa
ilumino prodigios;
luego resulta,
que tienen
un alma dentro.

Y, mientras olvido
el celo analfabeto,
disidentes de cobardías,
crueles y abominables,
me distraen
fiebres locas,
miradas vacías.

sábado, 6 de noviembre de 2010

METALOIDES CÍVICOS

El mimbre de tu piel
atraviesa oxígenos,
florecidos corchos
que interrumpen
mi encuentro
con alguna voz.

Quiebro la noche
en tímidas legumbres,
mientras despierto
a mi sombra,
jugándome
actos venerables,
otros epitafios.

Si estimara en conjunto
la casa viva
de tu queja a destiempo,
sabría acercarme
a la majestad
de tu índice escarlata,
mansedumbre
de mosca ardiente,
prendida
del grean átomo de la ignorancia.

En tal caso,
este cerebro mío,
oculto bajo un sombrero,
exigiría
infaustas analogías
que, a veces,
con dudoso exito,
sacrifico
a metaloides cívicos.