Queda el horizonte
de las almas, desplegando intactas,
alas y raíces.
Eso escucho. ¿Y tú?
¿En qué piensas ahora?
Después de nuestro desencuentro,
puedo decirte:
Si no la rescatas de recuerdos,
mi anatomía se escurre
articulando una lengua
ininteligible y cotidiana.
¿Me esperabas?
Quiero para tí
una canción de amor,
sin vientres abandonados
atravesando
la carne,
tu destierro.
En tanto, tu corazón
despierta voluptuoso,
impreciso aun,
como isla de pasión
en tu cintura.
bello erotismo el que atraviesa el poema, como línea en el horizonte de los cuerpos. Saludos amigo
ResponderEliminarInteresante, claudia, tu visión, gracias.
ResponderEliminarun saludo amiga