sábado, 21 de marzo de 2009

PADRE, TE NOMBRO

Padre,
te nombro, recuerdo tus recuerdos
y son míos.

Pies y cartilagos sensibles,
horror y muerte por un trozo de pan.
Rosa aplastada contra el paladar,
ciegos peces dispersando el amor.
Huesos para reinar sutiles empalagos
y dientes de oro
para fundir joyas del imperio.
Recuerdo la asfixia
y a tu hermano
de espesa cabellera al viento
colgando de una soga.
II
Todo pasó rápidamente,
el veneno llegó a tu cerebro
y aunque te creías inmune,
células suicidas
trastocaron tus metabólicos jugos,
tu infierno personal,ardió.

Eras la imagen de la voluntad afortunada,
cerrazón de días pasados y el recuerdo de lo que no fue.

Te recuerdo
caminando, fumando al atardecer.
Bebiendo sin saber,
jugándote la vida en cada mano,
en cada recodo de tus visceras, en tus ideas de riqueza
en tus maneras de llevarte el mundo por delante.

Te recuerdo altivo, despierto,un pura sangre.
III
Su mirada permanece,
de lado
en una media sonrisa,
en lo que nace
y en cierta forma de mantenerse en pie.

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